jueves, febrero 10, 2011

Romeo y julieta



Inicio:  En octavo, en clase de literatura tuvimos que leer "Romeo y Julieta". Como crédito extra, la Srta. Zinder nos hizo representar todas las partes. Sal Scaffarillo era Romeo, cosas del destino, yo era Julieta.

Todas las demás chicas estaban celosas, pero yo tenía otra idea ligeramente diferente. Le dije a la Srta. Zinder que Julieta era una idiota. Para empezar, se enamora del único chico que sabe que no puede tener, y después culpa al destino de su propia mala decisión.

La Srta. Snyder me explicó que cuando el destino se pone en juego, elegir a veces se te va de las manos. A mis maduros 13 años, ya tenía claro que el amor, como la vida, se trata de tomar decisiones, y el destino no tiene nada que ver.

Todos piensan que es tan romántico… Romeo y Julieta, amor verdadero, qué triste. Si Julieta fue tan tonta como para enamorarse del enemigo, beberse una botella de veneno e irse a dormir a un mausoleo, se merecía lo que le pasó.



Final: Quizá Romeo y Julieta estuvieran destinados a estar juntos, pero solo por un tiempo, y luego su momento pasó. Si lo hubieran sabido de antemano, quizá todo habría ido bien.

Le dije a la Srta. Snyder que cuando fuese mayor, tomaría las riendas de mi destino. No dejaría que ningún hombre me arrastrase al abismo. La Srta. Snyder que tendría suerte si tenía esa clase de pasión con alguien, y que si la tuviera, estaríamos juntos para siempre.

Yo sigo creyendo, que en la mayor parte, el amor trata de hacer elecciones. Trata de dejar de lado el veneno y la daga y hacer tu final feliz la mayoría del tiempo. Y que a veces, a pesar de tener tus mejores elecciones y tus mejores intenciones, el destino gana de todos modos.


Frase de Greys